UNA CARCEL SIN BARROTES
POR: ALDO GIL CRISOSTOMO Ya se cumple una semana, que el delincuente Alan García, se ha refugiado en la embajada de Uruguay. Como ya todos sabemos el sujeto de marras, había tenido impedimento de salida del país sobre las 4 de la tarde, con la soberbia y sorna que lo caracteriza, se allanaba y se encontraba muy contento de quedarse, y por la noche corría como una rata a refugiarse en las faldas de la embajada de Uruguay. Ríos de tinta, y galones de saliva han corrido estos días en las prensas escrita y televisiva sobre este hecho, donde nuevamente se pone al país expuesto a una vergüenza, por culpa de este miserable, y en una disyuntiva muy grave sobre si el asilo es aceptado por Uruguay. Bien, el problema es que, si el asilo es concedido,...