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Mostrando las entradas de noviembre, 2018

UNA CARCEL SIN BARROTES

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POR: ALDO GIL CRISOSTOMO                                                                  Ya se cumple una semana, que el delincuente Alan García, se ha refugiado en la embajada de Uruguay. Como ya todos sabemos el sujeto de marras, había tenido impedimento de salida del país sobre las 4 de la tarde, con la soberbia y sorna que lo caracteriza, se allanaba y se encontraba muy contento de quedarse, y por la noche corría como una rata a refugiarse en las faldas de la embajada de Uruguay. Ríos de tinta, y galones de saliva han corrido estos días en las prensas escrita y televisiva sobre este hecho, donde nuevamente se pone al país expuesto a una vergüenza, por culpa de este miserable, y en una disyuntiva muy grave sobre si el asilo es aceptado por Uruguay. Bien, el problema es que, si el asilo es concedido,...

AHORA SIGUE EL CACO

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POR: ALDO GIL CRISOSTOMO                                                                   Verdaderamente en esta chacra política, hay tantas especies a que dedicarse, que no sabia si escribir sobre los dedos pestilentes de Fujimori y esa farsa convertida en peligro de muerte, visto asquerosamente el video el día de ayer, o sobre ese otro farsante llamado Alan García. Escogimos al caco (muy bien llamado por Hildebrandt), porque es muy difícil decirle señor al embaucador de multitudes, ni decirle doctor porque no lo es, ni por cierto merece el nombramiento así obtenga el titulete en Azángaro, y menos presidente como huachafamente lo llaman los cuatreros que tiene de congresistas, y el florero que con mirada complaciente observa al caco. Se quiso inventar un golpe de estado, para ayer domingo, día en que las bot...

UN NUEVO AMANECER

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   POR: ALDO GIL CRISOSTOMO                                                           Hoy me he levantado con un sol esplendoroso y sin barrotes que me impidan la visión. Ya está usted presa señora Keiko, ya está usted en una fría celda, sola y abandonada, cómplice con su conciencia de los actos delictivos que ha cometido. Habrá soñado usted con las cantutas que nunca cuestiono, con los barrios altos del cual fue su silencioso cómplice, con la cabeza decapitada de Barreto asida por las manos de Martin Rivas, con el grito de las cenizas de los quemados en los hornos del SIN, que usted pobló y donde habitó en su juventud, y con el llanto de los no natos que su padre asesino antes de ver la luz. No lo habrá hecho usted, pero lo soporto, no quiso mirarlo, no se quiso dar cuenta que eso era terrible, porque...